Todo lo bueno tiene un final. No me voy porque me sienta muy incómoda, más bien porque estoy a punto de iniciar una etapa de mi vida en la que considero que un blog escrito en castellano no me acaba de llenar (ya tenía ese problema antes, pero ahora se está acrecentando) y desde luego no pienso mantener dos. Después también está el asunto de que ahora somos muchos, y hay alguna gente que se le ha subido a la cabeza esto de tener el blog de éxito, y se cree que puede ir de guay por el mundo. Y claro, es leer a esta gente y una ponerse enferma. Soy plenamente consciente que me criticarán por ello (como en tantas otras ocasiones), pero tenía que decirlo. La vida no es un tratar de andar quedando bien y complaciendo a todo el mundo. Si una persona merece mis cumplidos, pues bien; y si no los merece, tiene que saber encajar las críticas y demostrar madurez. Esto pienso que brilla por su ausencia en la bloggosfera (así se ven movidas y faltas de respecto por el pensamiento de otras personas). Parece que la bloggosfera ha llegado a ese punto en el que tienes que pensar como el grupito popular del momento. Tal y como sucede en los institutos que aparecen retratados en las películas estadounidenses y, desgraciadamente, también en centros de enseñanza reales. El comercialismo, los blogs in y la cierta uniformidad ya existía cuando yo entré en el lejano 2009 (empezaba a haberla, vaya), pero después de tantos años por este mundillo me he cansado de verlo y aguantarlo. Así que volveré a las raíces, a un blog que seguramente nadie lea, con los contenidos que a mí me dé la gana y donde el hecho de no ofrecer concursos dejé de preocuparme. Solo espero que con él pueda superar la vagueza que tuve con este. Porque es evidente que si este blog no creció más en parte fue por no dedicarle el tiempo previsto. Primero fueron que había ocasiones en las que tenía tiempo y no ganas, luego llegó segundo de bachillerato. Y hasta ahora no sentí las ganas de volver a escribir algo, por eso se retrasó tanto la despedida.
En fin, resumiendo esta parrafada se podría decir que mi marcha se debe al deseo del cambio de etapa, al ambiente de la bloggosfera actual (que no me gusta demasiado, como expresé, aunque tiene sus cosas buenas, claramente) y mi falta de ganas de seguir escribiendo en este blog.
Desconozco si alguna vez tendré deseos de escribir algún aporte literario en castellano debido a que, a pesar de los malos momentos, yo voy a recordar lo positivo. Y lo positivo se traduce en lo que mencioné al principio y a las siguientes personas: Arans, Bruja y Julia (un aplauso para ellas dos, que llevan aguantándome desde el principio de los tiempos y todavía seguimos en contacto :D), Elena, Sawako, Isabel (gracias a ella pude ir a la BLC y espero que sepa que me tiene ahí, aunque ahora ya no hablemos tanto), Natalia Virak y, más recientemente, Patricia (llevamos unos meses de amistad y he vivido con ella más cosas que con otras personas. A veces puede que parezca que no te lo sé valorar, pero créeme, soy consciente de lo que haces por mí y trato de responder de igual medida. Gracias), Jongu, Lou, Ana Agulla... También una mención especial a Pilar (tenemos que conocernos, me debes unos libros xDDD), Judith (tenéis que leer Crisálida, es una maravilla. A ver si algún día una editorial le da una oportunidad, ella se lo merece.)... Seguramente me esté olvidando de gente, pero en fin, que tanto los mencionados, como los que no, me tienen a un click para lo que necesiten debido a que pienso seguir visitando sus blogs y hablando con ellos de alguna manera.
En el caso de que tenga deseos de volver a escribir en castellano entradas, lo haré en el blog Cada libro un mundo gracias a los guest post (ya he hablado con la creadora y está de acuerdo, tengo su blog a mi disposición en ese sentido). En este no volveré a escribir por mucho que quede abierto para quien quiera recordar buenos y viejos tiempos (como pidiera Arantxa Marín en su momento).
En mi instituto, al finalizar segundo, se despidieron de mí con una frase que seguramente no olvidaré en mi vida (gracias Ponchi), y no encuentro frase más adecuada para finalizar esta entrada.
Recordad, nos vemos en los libros.
¡Hasta pronto! Ha sido un placer.